Información para entender y mejorar el clima escolar

Si eres padre o madre...

Actualmente se ha investigado lo que los padres y madres entienden por acoso entre iguales. Existen varios aspectos que afectan directamente a la predisposición de los hijos e hijas a contar a los padres si sufren algún acontecimiento de acoso: la forma en que los padres definen el bullying, las actitudes hacia ello y la promoción de un ambiente en el que los hijos e hijas se sientan escuchados.

En este sentido, es importante que, como padres y madres, hagáis que vuestros hijos e hijas se sientan escuchados, sientan que se tiene en cuenta lo que cuentan y se le da valor.

Sin embargo, es comprensible que como padres y madres os sintáis abrumados por no saber cómo reconocer el acoso. Generalmente existen ciertas creencias en torno al acoso o a los factores que determinan que haya una mayor probabilidad o no de que se produzca el acoso. 

Como padres y madres se ha de tener en cuenta que la detección del maltrato y la intervención no sólo depende de vosotros o de los profesores, sino que todo el conjunto del centro y de la comunidad debe de actuar en consecuencia para garantizar la convivencia en los centros educativos.

Pero entendemos que os preocupéis especialmente de cómo saber si vuestro/a hijo o hija está sufriendo acoso en su centro escolar. Gutiérrez y Granizo (s.f.) recopilan una serie de señales que pueden ponernos en alerta sobre este hecho. Aunque hay que recordar que la presencia de las señales por sí solas no quiere decir que haya una seguridad al 100% de que se produzca maltrato, sino que las características que se presentan a continuación pueden venir dadas por varias causas, no necesariamente el acoso.

  • Quejas físicas (dolor de cabeza, de barriga...).
  • Ha cambiado repentinamente su comportamiento.
  • No quiere ir al colegio o ruega ir en coche.
  • Se muestra nervioso, con mal humor, enfadado o triste.
  • Vuelve a casa con moratones, desperfectos en ropa y materiales.
  • Ha perdido interés en la escuela.
  • Empieza a mostrarse agresivo con otros niños del centro o con los hermanos y hermanas.
“Yo llegaba a casa… a casa llorando y me metía en el cuarto, a llorar en mi casa, o luego por ejemplo, yo me acuerdo… yo tenía mucho insomnio, por ejemplo. Que yo me quedaba pensando, pues eso, en lo… en lo injusto que era. En… mañana ir al colegio. Oscilaba entre la rabia y la culpa (…) Me acuerdo que tenía unos dolores de tripa… que cada vez que me sentía mal, tenía un dolor… unos dolores de tripa, ¿no? Cuándo ya me empezaba a sentir mal, mal, mal, de no poder llegarlo a soportar, eso se me iba a la tripa y a la cabeza, entonces muchas veces me sentía doblemente ridículo porque en… y eso me pasó en la… en la adolescencia también, de que… de que yo me sentía, cuando  tenía una culpa muy… muy grande tenía que… que… que ir… me dolía mucho la tripa y tenía que ir al baño”. (Ernesto). 

Fuentes: Sawyer, Mishna, Pepler y Wiener (2011); Generelo (2012).

La intervención que podéis llevar a cabo como padres y madres pasa por mantener un diálogo con vuestros hijos e hijas, ya que, como hemos visto en el estudio que comentábamos anteriomente, uno de los principales problemas es que los niños y niñas no cuentan a sus padres lo que les ocurre. Esto se torna especialmente relevante cuando estamos hablando de que el acoso tiene unas raíces y motivos LGTBfóbos. Como ya hemos  visto , una de las características específicas de este tipo de acoso es el rechazo familiar o la falta de apoyo específico y explícito ante las sexualidades minoritarias.

Por tanto, los chicos y chicas se sentirán aún más cohibidos debido a la presión social y la LGBTfobia que puebla las aulas (como podéis ver en los resultados del estudio de Diversidad y Convivencia Escolar que podéis encontrar en la sección de recursos). 

En dicho estudio, se ha comprobado cómo sólo un 30% del alumnado que sufre acoso por LGTBfobia se lo cuenta a sus familiares. Si bien acuden más a las familias que al profesorado, el porcentaje sigue siendo bajo y cabe preguntarse por qué. Recordemos que el acoso LGTBfóbo no sólo va dirigido a los y las que se sienten lesbianas, gays, bisexuales o transexuales, sino que se dirige también hacia aquellos que lo parecen sin serlo.

Es muy importante entonces que, como padres, toméis un papel activo para ayudar a vuestros hijos e hijas tanto si son víctimas como si son acosadores, pero aunque no sean ninguno de los dos, promováis actitudes de rechazo a la LGBTfobia, de aceptación de la diversidad afectivo-sexual y de género, proporcionales herramientas junto con los profesores para que sepan como manejar las situaciones en las que se produzca. 

A continuación os proponemos unas líneas generales de actuación, también recogidas por Gutiérrez y Granizo (s.f.), que sin ser específicas para combatir el acoso LGTBfobo, sí son aplicables a éste.

Qué hacer para prevenir situaciones de acoso
Hablar de estos temas con vuestro hijo o hija
Mantener el contacto con los profesores
Colaborar en el plan de convivencia del centro
Actuar como modelos de convivencia
Educar en el respeto a la diversidad 
Enseñarles a actuar cuando se producen situaciones de acoso
Qué hacer si vuestro hijo es víctima
Promover que se hable sobre sus experiencias
Prestarle atención siempre que cuente algo 
Reforzarle y elogiarle siempre que se atreva a contarlo
Reforzar cada vez que consiga algo
Informar a los profesores de lo que le ocurre a vuestrx hijx, dejar que ellos actúen para contactar con la familia del agresor
Qué hacer si vuestro hijo es agresor
Hacer ver a vuestrx hijx que lo que hace daña a otras personas
Enseñar que la violencia no es el modo de conseguir lo que uno quiere
Dejar claro que aún le queréis pero su conducta es inaceptable
Enseñarle a relacionarse de forma más positiva y premiarle cada vez que se comporte de forma cooperativa
Planear junto con los profesores una acción conjunta
Mantenerse informados de cómo le va en la escuela preguntándole regularmente 

Estas recomendaciones pueden ayudaros como padres a reaccionar ante el acoso o prevenirlo. Sin embargo, éstas son indicaciones generales, por lo que debéis adaptarlas a vuestro hijo o hija. Si bien los casos de maltrato entre iguales tienen similitudes, cada caso es único y es muy importante tener en cuenta los procesos por los que está pasando vuestrx hijx tanto si es agresorx, como si es víctima o simplemente testigo del bullying

En la sección de recursos encontraréis mucha información sobre materiales especialmente diseñados para padres y madres que os pueden ayudar tanto a prevenir y manejar situaciones de maltrato en general como de bullying por LGTBfobia. 

No olvidéis que vosotrxs podéis ser agentes de cambio en lo que se refiere a prevenir el maltrato manteniendo el contacto con el centro, apoyando políticas de prevención del acoso y educando a vuestros hijos en el respeto de la diversidad, el valor de la no-violencia y la cooperación como medio para conseguir los objetivos que se planteen.

 

Fuentes: Sawyer et al. (2011); Pichardo (2014); Gutiérrez y Granizo (s.f)